lunes, 4 de octubre de 2010

Presentación.

El deseo es algo imprevisible.
Aparece en cualquier momento, cuando menos te lo esperas. Y lo puede originar cualquiera que pase por tu lado, cualquiera cercano a ti, una vecina, una compañera, la mujer de un amigo, la hermana de tu mujer…
Y el deseo nos invade para crearnos un desasosiego del que no nos libramos hasta el momento en que conseguimos saciarlo. Claro que no siempre se puede saciar, no siempre podemos dar rienda suelta a nuestros instintos y cumplir nuestros anhelos…
Pero el deseo ataca siempre, no distingue si tienes pareja o no, se instala en tu cerebro y no se separa de ti por mucho que ames a tu pareja. Quien ame a su pareja y no reconozca que en ocasiones ha sentido ese deseo por otra, simplemente…  miente. El respeto a nuestra pareja nos impide saciar ese deseo, e incluso reconocer que existe en nuestro interior. Y cada vez que aparece y nos cruzamos con él nos quemamos vivos por dentro…
De ese deseo que me quema, y de alguna cosa más, haré partícipe a todo aquel que quiera leerlo en este blog que hoy inauguro, y en el que espero coincidir con personas que también sientan deseos similares con quien poder compartirlo.
Eso es todo amigos…